sábado, 25 de abril de 2015

Toma de rehenes en Lincoln: Quería escapar con 200 mil pesos

Fueron más de seis horas de tensión y angustia. La toma de rehenes en un banco de Lincoln terminó de forma violenta. Uno de los jefes del grupo Halcón de la policía bonaerense resultó herido en una mano cuando los uniformados irrumpieron en la sucursal del Banco Santander Río y redujeron al asaltante solitario, que, con dos armas, intentó robar en la entidad y mantuvo cautivas a ocho personas.
Según informaron fuentes policiales, el violento episodio ocurrió, ayer, alrededor de las 14.30, en la entidad situada en 9 de Julio al 128, en pleno centro de Lincoln, a 320 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires. La tranquilidad del lugar fue interrumpida cuando un hombre que llevaba una gorra y dos armas cortas irrumpió en la sucursal.
Ninguno de los rehenes resultó herido, aunque la empleada que se encerró en el recinto al que sólo se podía acceder con una clave, quedó en estado de shock.
Fuentes de la investigación dijeron que en ese momento el policía que estaba en el castillete pudo activar la alarma y antes que reaccionara el asaltante el banco fue rodeado de policías. Entonces, se desplegó un operativo de seguridad que incluyó la evacuación de un jardín de infantes situado frente a la sucursal bancaria y el corte de las principales avenidas de la zona.
Anoche, a las 20.55, los policías del Grupo Halcón irrumpieron en el banco y arrojaron una bomba especial (llamada en inglés flash bang), que tiene efecto ruidoso, luminoso y de humo para aturdir al ladrón.
Cinco minutos después, de la zona de seguridad salieron una ambulancia y un móvil policial. En la ambulancia era trasladado el jefe del Grupo Halcón, que sufrió una herida en la mano por la deflagración de la bomba. Mientras que el asaltante fue llevado, detenido, en un patrullero a la comisaría.
Los efectivos de ese grupo especial de la policía bonaerense habían llegado a la entidad minutos después de las 15.30, cuando el ladrón hacía una hora que había tomado como rehenes a ocho empleados y clientes que estaban en la sucursal.
La premura en responder el llamado de alerta radicó en que los oficiales del Grupo Halcón estaban en Junín dictando un curso de procedimientos en casos de tomas de rehenes a policías de la zona.
El jefe de la policía bonaerense, comisario general Hugo Matzkin, viajó al lugar para acompañar a los efectivos de Grupo Halcón y agilizar el diálogo entre los fiscales y los negociadores, que debían trasladar las demandas del delincuente.
A las 16.50 el asaltante liberó a cuatro personas. Más tarde, a las 18 habría dejó salir a otros dos rehenes. Entonces, dentro del banco quedaron dos personas, el policía que accionó la alarma silenciosa y la empleada que logró atrincherarse en una oficina que estaba bloqueada por dentro. Sin que el delincuente lo advirtiera, la mujer se encargó de comunicarse con los policías que rodeaban el banco. Uno de los negociadores le sugirió que bajara al mínimo el volumen del teléfono y que pasara las novedades por SMS.
La negociación fue tensa y llegó al extremo de que el delincuente amenazó con quitarse la vida si no le llevaban un auto. Cuando los policías advirtieron que creció el riesgo de vida de la empleada y del uniformado que estaba dentro del castillete, decidieron irrumpir en el banco y reducir al delincuente que, en todo momento, pedía que le entregaran un vehículo para escapar con los casi $ 200.000 que había robado.
Fuentes policiales indicaron que el asaltante, de 64 años y, aparentemente sin antecedentes penales, tendría domicilio en Pergamino y habría irrumpido en la sucursal para robar el dinero que, supuestamente, necesitaba para cancelar una importante deuda.

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