La fiscal Vanina Lisazo se mostró conforme con el fallo a pesar de la tristeza por el dolor producido debido a la pérdida de dos seres queridos por parte de las dos familias, Tomé y Colo. "Recalde no sale nunca más. Toda la vida va a pasar en la cárcel. Lo que escuchamos es perpetua con reincidencia lo que quiere decir que no tiene salidas anticipadas ni nada", sostuvo.
Agregó que "esta clase de personas no puede estar sueltas. No pueden vivir en sociedad porque aparentan ser normales y no lo son. Son un peligro".
Para la fiscal, Recalde también fue autor del homicidio de una tercera joven: Repetto, ocurrido en 1999. "Estoy convencida. No lo pude probar porque no había material genético y la causa está prescripta porque fue homicidio simple, pero eran vecinos. El también vivía en calle Jean Jaures en ese momento, donde la joven también residía y al igual que ella levantaba quiniela. ya la tenía estudiada y marcada".
"No es posible reabrir este caso porque esta prescripta y no hay material genético pero por todo o que he estudiado de Recalde y la causa, estoy convencida de que es el autor", afirmó.
EL CASO REPETTO
En septiembre se cumplirán 16 años de aquel suceso, ocurrido en una vivienda de la calle Jean Jaurés 558, donde la mujer apareció estrangulada.
En esa jornada del 26 de septiembre de 1999, abrió la puerta de su casa y dejó entrar a la persona que terminaría con su vida. La principal hipótesis es que alguien de su entorno la mató. Sin embargo, a trece años del hecho, la causa fue archivada por falta de pruebas que permitan orientar a los investigadores hacia el autor de un crimen que aparece impune.
Repetto estudiaba en la Escuela de Arte y vivía sola en un garaje, en el barrio Villa Talleres. Su cadáver fue hallado boca abajo sobre su cama y tenía signos de violencia. La habían atado de pies y manos y la operación de autopsia comprobó que recibió una trompada que la desvaneció. Luego la estrangularon con un cable de electricidad.
La vivienda era precaria y en su interior no había demasiado desorden. Pero se descubrió el robo de una suma de dinero que la víctima había cobrado por su trabajo como “levantadora” de quiniela. También se encontraron los cables de un radiograbador y un velador, ambos cortados con una pinza, y utilizados para atar y estrangular a la joven.
La instrucción del caso estuvo a cargo del fiscal Roberto Rodríguez, quien ordenó diversas diligencias, entre ellas, entrevistar a unas diez personas que decían haber escuchado de la víctima el maltrato que recibía de un hombre al que estaba ligada sentimentalmente.
Ese sujeto se transformó en el principal sospechoso, aunque después nadie pudo certificar que el día del asesinato hubiera estado en la casa de Repetto. En el interior del garaje tampoco se hallaron evidencias que lo vincularan al crimen.
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