El mecánico Rubén Rodolfo Recalde, de 54 años, comenzará a ser juzgado desde mañana por dos femicidios: el de Paola Silvina Tomé, de 38, ocurrido el año pasado; y el de Sandra Viviana Colo, de 43, asesinada en agosto de 2012. Las dos mujeres fueron estranguladas en similares circunstancias en Junín.
Según consignó Tiempo Argentino, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 de esa ciudad llevará adelante el debate oral, mientras que la acusación está a cargo de la fiscal Vanina Lisazo; en tanto que las familias de las víctimas estarán representadas por los abogados Carlos Torrens y Darío De Ciervo. Por su parte, el imputado contará con la defensa oficial de Gerardo Doyle.
Según indicó Telam, está previsto que el juicio se extienda por lo menos tres audiencias: la del martes 23, miércoles 24 y lunes 29 de junio, en las que declararán unos 50 testigos ante los jueces Karina Piegari, Esteban Melilli y Miguel Angel Vilaseca.
Tras el crimen, el delincuente se llevó parte del dinero que había en uno de los cajones del escritorio y huyó.
Durante la investigación, la fiscalía estableció que el acusado cometió ambos hechos por un cotejo de ADN que concluyó que el perfil genético hallado en las dos escenas del crimen coincidía en un 99 por ciento.
En el requerimiento de elevación a juicio se demostró que el 16 de enero de 2014, entre las 17 y las 18, el imputado ingresó al comercio Rowena, ubicado en General Paz 45, de Junín, donde Tomé era la propietaria. Tras simular ser un cliente, amenazó a la mujer y la obligó a subir a la parte superior del negocio.
Allí, Tomé fue golpeada en la cabeza y el agresor tomó un repasador que utilizó como mordaza sobre su boca para luego abusar sexualmente de ella. En medio de la paliza, el hombre se paró sobre los brazos de la víctima y le colocó un pañuelo negro alrededor del cuello con el que hizo presión a modo de torniquete.
A raíz de la maniobra ofensiva, la mujer murió por una "obstrucción orofaríngea y constricción cervical", mientras que el homicida escapó con unas monedas que había en la caja registradora.
El crimen de Colo también fue un día 16 pero de agosto de 2012, entre las 10 y las 12, en el local de fiestas infantiles Abracadabra, ubicado en Alem 388, de esa misma ciudad, cuando un hombre intentó robar el lugar pero la víctima, que trabajaba como empleada, se resistió.
El asesino la golpeó fuertemente y con un elemento duro y romo le fracturó el maxilar. Luego de dejarla inconsciente, el hombre la arrastró hasta el sector de la cocina, tomó dos sogas entrelazadas, apoyó una de sus rodillas sobre la espalda y la estranguló.
Tras el crimen, el delincuente se llevó parte del dinero que había en uno de los cajones del escritorio y huyó.
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